martes, 3 de febrero de 2009

23 de junio de 2002

Giménez Bartlett reflexiona en un ensayo sobre belleza y fealdad

I. O. | Barcelona 

La constatación de que las mujeres, a lo largo de la historia, han tenido la obligación de ser o parecer guapas es el punto de partida del libro La deuda de Eva. 
El pecado de ser feas y el deber de ser hermosas, que la escritora Alicia Giménez Bartlett acaba de publicar en Lumen. Se trata de un ensayo que mezcla la reflexión sobre los conceptos de belleza y fealdad en la actualidad con un repaso del canon de belleza femenina a lo largo de la historia.

Giménez Bartlett, autora de la serie de novelas negras que tienen como protagonista a la detective Petra Delicado, explica que ha intentado "buscar el reverso de los cánones de belleza". Discernir el porqué del ideal femenino en cada época de la historia, siempre diferente. Así, compara a las mujeres "espirituales" del Renacimiento con las mujeres "altas, fuertes, basturronas y prestas para dar hijos en la Revolución francesa".


Ideología por capital

Antes de su entrada en el mundo laboral, afirma: "La mujer era considerada un objeto y se aplicaba a sí misma el canon". Después, y ya dentro de la sociedad capitalista, "la ideología ha sido sustituida por el capital y el canon lo impone el mercado". 
"Ahora, si no eres hermosa es porque no te da la gana. Al hecho de que no se te haya dado belleza se añade un sentimiento de culpabilidad". En ninguna de las épocas que Giménez Bartlett ha analizado, "los conceptos de belleza y fealdad han sido inocentes", asevera.

Como ejemplo, cita el caso de las mujeres deportistas. "Antes, la mayoría de deportistas eran feas porque lo principal era la gloria nacional. Cuando se rompió la política de bloques y entraron marcas comerciales a patrocinar a los atletas se dieron cuenta de que para vender se necesitaba una buena percha".

A juicio de la escritora, las sociedades contemporáneas no han perdonado el pecado de la fealdad a las mujeres. Al contrario, dice, "ahora los hombres también empiezan a ser esclavos de la imagen". "En esta época de banalización donde lo importante es comprar y vender, o somos todos guapos o no nos vamos a comer una rosca jamás", afirma. Ahora bien, también es cierto, continúa, que "no es posible llegar a un acuerdo entre diversas personas" a la hora de establecer una lista con nombres de mujeres feas, vivas o muertas, que hayan tenido cierto peso en sus respectivos menesteres. La deuda de Eva incluye retratos de personajes como Golda Meir, Coco Chanel, la reina Victoria y Camilla Parker-Bowles.

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